DOCUMENTO DE UNA COMPAÑERA MIEMBRO DE LA SECRETARÍA DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA

13 de Marzo de 2014

¿Por dónde empezar?, es tan simple y tan complicado al mismo tiempo... Explicar la evolución de un individuo y su nueva visión del mundo, cuando no se sabe exactamente como sucedió, es bastante complicado. Concluyo que debería empezar, y no es nada original, por el principio.

Nací en la isla de Gran Canaria, isla del archipiélago canario, colonia española, en un pueblo muy pequeño y de tradición conservadora. Por suerte mis padres vivieron mucho y me enseñaron algo distinto, a ser respetuosa y de mente abierta.

A mis 18 años me sentía española, amaba a Dios y consideraba héroe a nuestro Rey, pues nos había salvado del fascismo. Esa era yo... era.

Al cumplir los 20 entré en la universidad, siempre con la mente abierta. Conocí a mucha gente, extraña, pero avispada. Después de abandonar el entorno del pueblo conservador y analfabeto y conocer a esta gente de todas partes del archipiélago mi mente se despejó aún más. Aprendí muchas cosas, no solo de la carrera de Historia. Mi curiosidad me llevó más lejos, conocí a gente como yo, y a otros muchos que llamaban salvador a los dictadores latinoamericanos, como a Fidel o a Chávez. Eso pensaba yo... pensaba.

Yo nunca he prejuzgado sin saber, y por eso fue que indagué. Indagué y me informé. Empecé poco a poco. Primero tomé conciencia: leí a Marx, estudié el materialismo histórico, entendí mi historia, relacioné conceptos, establecí contextos. Me tardó dos años darme cuenta, y si no hubiera sido por la ayuda de mi familia política habría tardado más. Pero lo conseguí, adquirí conciencia, hoy soy clase obrera. Hoy soy canaria, no española. Hoy soy republicana, no monárquica. Hoy soy marxista, hoy soy socialista, hoy soy camarada... Hoy sigo aprendiendo, estudiando y concienciándome, de hecho nunca se termina de aprender.

No celebro el día de la Hispanidad, mis Islas Canarias fueron brutalmente colonizadas, no es motivo de celebración. Mi bandera lleva siete estrellas ondeando con orgullo. Mi familia me dice que vivo en utopías, se equivocan, solo me quité la venda de los ojos y veo claramente la verdad. Entiendo porqué el concepto Globalización es tan odiado, porqué el Imperialismo tan temido, entiendo cómo funciona el mundo, entiendo porqué se producen las guerras y entiendo porqué la gente ignora la realidad, porque así era yo.

Y como yo muchos otros toman conciencia. Como el Che, otros muchos decidieron morir de pie. Como Chávez muchos iniciaron la revolución.

Como otros muchos soy clase obrera, y como muchos más lucho y no me rendiré jamás.Pero, olvidándonos un poco de mí, aún soy joven. Dicen que la juventud es la que impulsa al obrero curtido en mil batallas a seguir batallando. Tiene gracia, ellos nos enseñan a caminar y nosotros debemos darles impulso. No es una crítica. Agradezco a toda esa gente, anónima a nivel de individuo pero clase obrera en su conjunto, que ha luchado sin desistir por mí, por ti y por todos. Que no se han rendido a pesar de la marginal situación en la que les coloca la sociedad a pesar del cansancio, de la vejez o el miedo. Yo espero seguir ese camino y enseñar a caminar a otros muchos que me deban impulsar.

Es por esto que hoy soy capaz de alzar la voz con convicción, sin miedo, y dejar surgir desde cada gota de sangre que hierve en mis venas esas palabras que tanto nos representan:

¡¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!!

 

María José.

Secretaría de Agitación y Propaganda.

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