EL BANCO DE ESPAÑA PLANTEA QUITARLE EL PAN A LOS TRABAJADORES

31 de Mayo de 2013

El gobernador del Banco de España, Luis Linde, sigue la estela de su antecesor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en lo que a petición de flexibilidad laboral se refiere. Incluso va más allá. En el primer informe anual que presenta desde que asumió el cargo, Linde señala que la reforma laboral del PP no ha servido por ahora ni para evitar la destrucción de empleo ni para impulsar su creación y propone medidas más audaces, como los contratos fuera de convenio o la supresión del salario mínimo para parte de los trabajadores. El Banco de España también aboga por otras reformas, como adelantar la aplicación del retraso a los 67 años de la edad de jubilación.

"La gravedad de la situación por la que atraviesa el mercado laboral aconseja mantener y profundizar el impulso reformador mediante la adopción de medidas adicionales que promuevan la creación de empleo a corto plazo y faciliten la flexibilidad de los salarios", razona el Banco de España. Y añade: "Entre ellas, cabría explorar la posibilidad de establecer nuevas fórmulas que permitieran, en casos especiales, la desviación temporal respecto a las condiciones establecidas en la negociación colectiva, o mecanismos excepcionales para evitar que el salario mínimo actúe como una restricción para grupos específicos de trabajadores con mayores dificultades para su empleabilidad".

Las medidas que plantea Linde suponen, en el primer caso, que las empresas pudiesen contratar pagando menos de lo que exigen los convenios colectivos de sectores o empresas, algo visto con muy buenos ojos por los empresarios y la patronal. En el segundo caso, suprimir el salario mínimo (actualmente situado en 645,3 euros mensuales, calculados para 14 pagas anuales) para los trabajadores con menos cualificación o de segmentos de edad con mayores dificultades para encontrar un empleo.

El supervisor no desarrolla la idea, que linda con el concepto de los miniempleos: trabajos de jornada semanal reducida y muy baja retribución que han tenido un gran auge en Alemania. Pero el supervisor español no precisa si trataría de empleos de jornada reducida ni desarrolla las coberturas y prestaciones sociales a que darían derecho esos empleos por debajo del salario mínimo, que en el caso de los minimpleos son muy precarias.

La postura de Linde de dar una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral se alinea con otras peticiones de esta semana como la de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la de la Comisión Europea. Bruselas pide a España que evalúe la reforma en julio a más tardar y que proponga las modificaciones necesarias en septiembre como muy tarde.

La reforma laboral no frena la destrucción de empleo

El informe señala que "tras cinco años consecutivos de destrucción de empleo, la tasa de paro ha alcanzado tasas inaceptables y el riesgo de que las situaciones de desempleo de larga duración se hagan crónicas es muy preocupante, máxime si se considera la elevada incidencia de los jóvenes y de la población con baja cualificación en este colectivo".

En su evaluación provisional de la reforma laboral, el Banco de España concluye que está sirviendo para bajar los salarios, pero que "en el ámbito del empleo no se observan cambios en las pautas recientes de creación y destrucción de empleo". "En términos del empleo, en un entorno recesivo de la actividad, la pauta de destrucción de puestos de trabajo ha sido muy similar a la de antes de la reforma, tanto en su magnitud como en la concentración del descenso de la ocupación en los asalariados con contrato temporal. Por el lado de la contratación, no se observan hasta ahora modificaciones relevantes de las pautas vigentes previamente", añade, aunque cree que en estos aspectos la reforma quizá dé frutos a más largo plazo. Lo que sí habría es un aumento de los despidos individuales por causas económicas (con menor indemnización) hasta el 40%, frente al 10%-15% en la primera fase de la crisis.

El informe recuerda que el número de desempleados intensificó su ritmo de aumento hasta el 15,4% en 2012, y la tasa de desempleo se situó en el 26% en el último trimestre del año. La disminución de la tasa de creación de empleo experimentada en 2012 elevó la duración media de la situación de desempleo hasta más de 10 meses, frente a los 5 meses de duración en 2007, con lo que el paro de larga duración se situó en un 52,4% del total de desempleados, con más incidencia en los colectivos de mayor edad y menor nivel de formación. "Este aumento en la duración media de los períodos de desempleo habría vuelto a elevar el componente estructural del desempleo", concluye.

Sueldos más bajos también en la recuperación

El supervisor sí considera que "los logros alcanzados por la reforma laboral en materia de flexibilidad interna y de moderación salarial son esperanzadores". Subraya el menor grado de indexación salarial medido por el porcentaje de trabajadores cubiertos con cláusulas de salvaguarda frente a la inflación. Este porcentaje, que se ha situado tradicionalmente entre el 60% y el 70%, ha descendido hasta el 45% en 2012. Y explica que en los convenios de nueva firma esta reducción es más acusada (33%). Entre estos convenios firmados desde principios de 2012, además, alrededor de la mitad solo prevén la activación de las cláusulas de salvaguarda a partir del 2% de inflación, mientras que en torno al 25% utiliza la inflación europea en lugar de la española como referencia nominal, lo que reduce de manera adicional la indexación de los incrementos salariales.

La propuesta del Banco de España es "dar pasos adicionales para asegurar que la reducción del alcance de las cláusulas de indexación salarial no se revierta en fases de crecimiento económico", es decir, para que los sueldos sigan sin tener garantizado conservar el poder adquisitivo cuando pase la crisis y llegue la recuperación económica.

"Este patrón de mayor moderación salarial es un ingrediente fundamental para la reactivación de la economía española y, en particular, para favorecer la creación de empleo", argumenta.

Fuente: economia.elpais.com

 

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